lunes, 25 de junio de 2012

El radicalismo de querer poner freno al miedo


Realizar una auditoría sobre la deuda pública, renegociar su devolución y suspender los pagos hasta que vuelva el crecimiento y el empleo. Subir el impuesto de la renta al 75% para los ingresos por encima del medio millón de euros. Cambiar la ley electoral para que la representación parlamentaria sea verdaderamente proporcional. Adoptar un impuesto a las transacciones financieras y para los productos de lujo. Prohibir los derivados financieros especulativos. Abolir los privilegios fiscales de los que disfruta la iglesia y los parlamentarios. Combatir el secreto bancario y la evasión de capitales al extranjero. Rebajar drásticamente el gasto militar. Subir el salario mínimo. Utilizar los edificios del Gobierno, la banca y la iglesia para alojar a las personas sin hogar. Subir las prestaciones de desempleo. Aumentar la protección social para las familias sin ingresos. Rebajas fiscales para los productos de primera necesidad. Nacionalización de los bancos y de las antiguas empresas públicas. Igualdad salarial para hombres y mujeres. Recuperar los convenios colectivos. Reformar la constitución para garantizar la separación iglesia-Estado y la protección del derecho a la educación, la salud y la protección del medio ambiente. Someter a referéndum vinculante los tratados europeos y otros acuerdos de importancia. Prohibir la presencia de policías encubiertos o con armas de fuego en las manifestaciones y mítines. Permitir que los inmigrantes, incluso los indocumentados, tengan acceso pleno a la sanidad y la educación. Aumentar los fondos para la sanidad pública hasta los niveles del resto de la UE (la media europea es del 6% del PIB y Grecia gasta el 3%). Eliminar el copago en los servicios sanitarios. Eliminar toda participación privada en el sistema público de salud.
Estos son algunos de los puntos que llevaba en el programa electoral de las pasadas elecciones griegas, la coalición Syriza, denominada como radical de extrema izquierda. En Grecia no ha ganado la democracia, ha vencido el miedo. Una mentira repetida miles de veces se convierte en verdad. Así, Syriza era el mal que conduciría a la salida del euro y por tanto, al abismo. Ganó el miedo, ganó Nueva Democracia, incluso con su manipulación de la cifra de deuda con la ayuda de Goldman Sachs. A la troika le dan igual las trampas mientras se siga jugando con sus cartas. A Europa lo que más le preocupa es tener una Europa más preocupada por las personas que por los mercados. Decía Michel Foucault en su libro Vigilar y Castigar: "El ejemplo se buscaba no sólo suscitando la conciencia de que la menor infracción corría el peligro de ser castigada, sino provocando un efecto de terror por el espectáculo del poder cayendo sobre el culpable". Dosis de miedo para que nada cambie. Tranquilidad. Rajoy acude a ver el partido de la Eurocopa porque ya está todo solucionado, tenemos un rescate, perdón, línea de crédito. Podemos estar felices. Pensar de otra manera es ser un radical. ¿Qué pasará el día que no gane el miedo?

domingo, 10 de junio de 2012

Por favor, no me llaméis emprendedora



Fijar los marcos de pensamiento es uno de los grandes esfuerzos de los gobiernos para delimitar el escenario de lo posible. La sociedad se sienta delante del tablero, ya impuesto y con las reglas de juego definidas. Lo más que se puede hacer es ficcionar alguna de ellas. Pero nada de cuestionar el tablero o querer dibujar otro mapa de acción. El Monopoly es algo más que un ingenuo juego de mesa. El neoliberalismo se ha encargado de que el acervo social sea económico o no sea.
El adoctrinamiento empieza por las palabras. El poder encapsula su dominación en el lenguaje. Secuestra conceptos y la sociedad sucumbe a una especie de Síndrome de Estocolmo. Repite términos como mantras y así, la vida es lo que pasa dentro de esas palabras que no se pueden cuestionar. O estás con nosotros o estás contra nosotros. Ese es el único mundo posible.
Uno de esos conceptos que el neoliberalismo se ha encargado de fagocitar como bandera ha sido el término emprendedor. La ciudadanía ha hecho que se convierta en lema del modelo incuestionable. Ser emprendedor mola. La figura del empresario tiene un deje más conservador, sin embargo emprendedor es el eufemismo perfecto que el capitalismo moderno se ha inventado para hacer más cool la misma idea, seguir haciendo proselitismo del mismo marco de lo posible.
No pongo en duda los legítimos intereses de muchas de las personas que se etiquetan bajo este concepto, ni el derecho a que cada cual se denomine como le venga en gana. Me parece estupendo que la gente tenga ideas y las quiera desarrollar. Lo que me atrevo a plantear es lo que puede haber detrás de que un término se convierta en tendencia.
Jaron Rowan, en su libro Emprendizajes en cultura habla de la figura del emprendedor "siempre señalada en positivo, se magnifican sus cualidades, no se pone en duda su potencial y a través de la reiteración, el emprendedor se ha convertido en elemento emblemático del crecimiento económico contemporáneo". El término se asocia a la independencia, la valentía, la capacidad de asumir riesgos, a la innovación, la creatividad, etc. El buonismo del emprendedor es incuestionable. La precariedad a la que muchos emprendedores se ven sometidos se esconde debajo de la alfombra. La posibilidad de articular otras figuras que actúen en una esfera de transformación social más allá del desarrollo económico, también. Es más, creo que uno de los peligros de los discursos de creación de ecosistemas emprendedores, últimamente tan de moda, es que pueden derivar en procesos de gentrificación o aburguesamiento, es decir, que ante una intervención urbana en un barrio deteriorado, en lugar de mejorar las condiciones de vida de la población autóctona, esta se ve desplazada por otra de mayor nivel adquisitivo.
Como decía el pasado 20 de mayo Jordi Oliveras en el editorial de la revista digital Nativa, "dos actitudes distintas ante el mismo mundo. Unos creen que todo es cuestión de impulso personal, los demás piensan que hay que cambiar el marco social". Del competir emprendedor al compartir transformador. La inevitable impronta ideológica del lenguaje.

viernes, 8 de junio de 2012

Tesauro Incorrecto de la Cultura. Reseteando palabras en crisis.


Yo estaba haciendo equilibrios semánticos y hubo una voz que me propone usar un nuevo trapecio. Huir es de cobardes, me repetía mientras buscaba la salida de emergencia. Pero me puede más la inconsciencia que el vértigo. Así que aquí estoy, poniendo las primeras palabras a algo así como una propuesta para la elaboración de ese cajón desastre (desastre de desastroso, que qué culpa tendrán los sastres de mis despropósitos) de palabros culturales que escuecen . O algo así. Esto es lo malo de las funambulistas del lenguaje, que  nunca acabamos huyendo del todo. Si Maria Moliner levantara la cabeza…

El caso es que el Seminario Garbell y el Programa d´Extensió Universitària Universitat Jaume I me han propuesto coordinar la edición de un “Tesauro incorrecto de la cultura. Reseteando Palabras en crisis” para el que solicitamos vuestra participación como aportadores de palabras que creéis que deban incluirse en él.

Copio y pego a continuación el texto que hemos puesto como presentación del Tesauro en el blog del Seminario Garbell:  http://seminarigarbell.wordpress.com/garbellopedia/

¿Qué es el Tesauro incorrecto de la cultura?

-          Un mapa de conceptos manidos en gestión cultural.
-          Un diccionario crítico de uso y abuso de términos en cultura.
-          Un catálogo de lugares comunes.
-          Una reflexión sobre el lenguaje que articula discursos en cultura.
-          Un juego sobre las palabras para poner en crisis su utilización.
-          Un despropósito semántico.
-          Una observación deconstructiva y reconstructiva sobre significados y sentidos.
-          Una reinterpretación de ciertas expresiones en el vocabulario cultural.

                               Palabras -Discursos- Lógicas-Acción

Las palabras forman discursos. Los discursos construyen las lógicas de funcionamiento y éstas conducen de una determinada manera a la acción. Así pues, las palabras no son neutras. Su utilización, su uso, no sólo debe estar condicionado por los significantes y significados de los términos sino por aquello que queremos hacer en ese referirnos a ellas. Toda construcción del lenguaje tiene una impronta ideológica. Un interés, un gesto, una dirección. En la acción cultural, no se puede separar lo hecho de lo expresado. Y en función de cómo expresemos, haremos. Por tanto, no debemos refugiarnos en palabras sin cuestionarlas. El lenguaje no puede servirnos como excusa inmovilista, como refugio inerte, como pieza de anclaje de un sistema que no permita la crítica ni que nada cambie. Las palabras pueden ser la espoleta, el detonador para reconfigurar los discursos, las lógicas y la acción de la cultura.

¿Cómo aportar palabras al Tesauro?

El Tesauro es un contenedor de palabras que chirrían. Como el quejido de esa puerta que para no oírla, dejas sin abrir ni cerrar. Nos gustaría incluir palabras manidas de la jerga cultural. Si tú también quieres aportar sugerencias, sólo tienes que hacérnoslas llegar mediante un comentario en esta presentación en el blog http://seminarigarbell.wordpress.com/garbellopedia/ o mediante la dirección de correo electrónico: tesaurocultura@gmail.com

Puedes aportar tantas palabras como quieras indicándonos tu nombre y tu usuario de twitter, correo electrónico o página web para poder recoger en el Tesauro al proponedor de las mismas. Nos gustaría que aparte de la palabra, nos proporcionaras la justificación del porqué se debe incluir la palabra así como las referencias bibliográficas o sitios web u otros comentarios que consideres oportunos.

                               ¡Muchas gracias por tu colaboración!

Tertulia Despierta Aragón 7 junio 2012

Poscast de la tetulia:

http://www.aragonradio2.com/radio?agregar=62205