sábado, 13 de octubre de 2012

La muda de la piel y sus escombros

La muda de la piel y sus escombros ( El Periódico de Aragón - 13/10/2012 )


Tenemos tanta mierda dentro de los pliegues de este mundo, que siempre hay huecos por los que se escapan los escombros. Vamos como exploradores del minuto siguiente, sin saber donde encontraremos el quejido del momento en que la vida se dobla. Pero es fácil encontrarnos con diques de contención incontinentes en esta realidad en la que lo que mejor fluye es el chirrido.
El juez de la Audiencia Nacional,Santiago Pedraz archiva el procedimiento contra los organizadores de la manifestación del 25-S. En su auto habla de la decadencia de la clase política. Saltan chispas. El PP a través de su voceroRafael Hernando, suelta una ristra de apelativos faltos de cariño al juez ,"pijo ácrata", "intolerable", "impresentable", "indecente" e "inaceptable".
Siguiente bofetada en la cara. En un acto, el ya Expresidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, Jose Manuel Castelao, suelta la siguiente expresión "las leyes son como las mujeres, están para violarlas". Un ejemplo de persona que se merece una enmienda a la totalidad. Yo me quedo pensando en cuantos "Castelaos" copan las instituciones sin que un descuido inoportuno haga que se les caigan las máscaras. Existen. Están. Tienen cargos. Yo, preocupación.
Qué mundo este en el que la política se ve como problema en lugar de solución. Eso dice la última encuesta del CIS. La clase política es el tercer problema para los españoles. Y mira que me gusta poco lo de clase política. Salen los escuderos de las siglas dominantes. Para el PP la culpa la tiene el PSOE, para el PSOE, todos los males vienen del PP. El "y tú más" parece el argumentario básico del ADN político. Ese es el nivel.
Cuando estás en el lado donde la vida te escuece, te duele ver como quienes nos representan muestran tanto desprecio hacia sus representados. Pero también te abre heridas el que la ciudadanía sienta que la política es un juego en el que son los mismos los que mueven fichas para caer siempre en la casilla que tiene premio.
DE ALGUNA manera siento que hay una generación bloqueo que ocupa puestos en partidos e instituciones y que conserva la capacidad de decisión sobre las políticas aunque cambie de asiento. No se trata de un "quítate tú para ponerme yo" ni del eterno debate de la experiencia versus la juventud. Hablo de marcos poco permeables a la regeneración de formas que ha contribuido al desapego de generaciones posteriores a hacer política en los modos tradicionales. Nos quedamos en los márgenes, tejiendo nuestro propio relato político. Nos orillamos porque nos huyen los lugares con derecho de admisión y esperando que algo de lo que hacemos desde el afuera manche algo de lo que hacen los que están en el adentro.
Quizás seamos la generación de los no lugares políticos. Pero necesito creer en la capacidad de hacer política desde los márgenes. Por eso quiero pensar que los escombros que le aparecen al mundo en sus arrugas, son como despojos del proceso de mudar la piel de una realidad que puede cambiar de cuerpo a jirones.

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