viernes, 24 de enero de 2014

Presentación Sesión Máster Gestión Cultural Carlos III 23 de enero

Esta es la presentación de la que me serví para la sesión que hice ayer en el Máster de Gestión Cultural de la Universidad Carlos III de Madrid (http://www.mastergestioncultural.eu). Me habían invitado para hablar de éxitos y fracasos de la comunicación en redes sociales de proyectos culturales y yo intenté acercarme al tema desde mis propias dudas sobre lo que podemos considerar éxito y fracaso. Por eso cogí a Amanece, que no es poco como hilo conductor. Bueno, por eso y porque soy amanecista no anónima y la película me sirve para contar mucho de mi manera de mirar. También la comunicación cultural. Pues eso.




Gracias al equipo del Máster por invitarme, Enrique Villalba, Susana Gómez, Jaime Cubas, Julia Cortés y al alumnado de la #MGC11ED por su interés.

domingo, 19 de enero de 2014

Presentación 'Principios de la comunicación de un proyecto cultural'



El enlace en Prezi de la presentación: http://prezi.com/zkh0vktikllp/principios-de-la-comunicacion-de-un-proyecto-cultural/

Sesión realizada ayer, 18 de enero, en el Máster de Gestión de Políticas y Proyectos Culturales de la Universidad de Zaragoza. http://mastercultura.es/web/

Tomates desaboridos y hormigas amarradas

Tomates desaboridos y hormigas amarradas ( El Periódico de Aragón - 18/01/2014 )

"Las hormigas fueron un pueblo de sabios que llegaron a la superhombría. Al principio, fueron del tamaño de los hombres y eran ultravertebradas. Pero tanto se ordenaron, se disciplinaron y regularon perfectamente su vida, que se volvieron un pueblo rutinario. La muerte de la absurdidad, de la rebeldía, de la negación arbitraria, de la pereza extraordinaria y del exceso entusiasta, las disminuyó hasta ser ese pueblo visto al microscopio que son". Esto dice Ramón Gómez de la Serna en uno de sus Disparates y otros caprichos. Que nos hemos hecho pequeñas. Por eso todo lo que nos pasa es microscópico. Y otras cosas que pasan nos pesan y aplastan o nos pasan al lado y son tan grandes que no podemos morderlas. Si nos dejamos morir, nos matarán del todo. Los vecinos del Gamonal en Burgos hacían piquetes a la indiferencia y yo pensaba en hormigas. En hormigas y en tomates. ¿Por qué permitimos que los tomates no supieran a nada? Porque nos convertimos en hormigas disciplinadas y pequeñas. Los tomates no saben pero tienen buen aspecto. Todo es mentira. Ficción. Se les mete un gen para que luzcan lustre pero les vuelve insípidos. Desde los años 90 se muta el ADN de los tomates para que sean más bonitos y permanezcan duros por más tiempo. Ahora tenemos las neveras decoradas con preciosos tomates que saben a plástico. Somos idiotas. Esa es nuestra parte de culpa. Que si podremos comer tomates todo el año, que si maduran antes pero se estropean más tarde, que si todos tienen la misma forma, que si no están picados, que mira qué color más majo. ¿Quién se iba a entretener pensando en que lo principal de un tomate es que tuviera sabor a tomate? Sobre estas interrogaciones ausentes hay gente frotándose las manos. Elegimos perder. La compra es un acto político y nosotras votamos a un señor hacendado, digo hacendoso, cuyo ejemplo de productividad son los bazares chinos. ¿Y si no voy más al mercatrola? Los señores que querían hacer las obras en Gamonal son de la misma especie que el señor que se hace rico vendiéndonos tomates falsos. Pertenecen al mismo club que los que controlan los bancos y los sillones de poder. Por sus venas no corre sangre si no paga comisión por pasar. Su genoma se llama dinero. Los tomates ahora no saben a nada porque tiene que haber algo que nos recuerde que vivir puede ser mentira. Aunque el bocado sea de verdad. "Hay mentiras que se convierten en dogma y otras que se pierden en el tiempo. Insisto: la vida sólo tiene sentido como relato. Y el relato, por definición, es falso". Lo escribe Ricardo Menéndez Salmón en su último libro. Las hormigas rojas crean una balsa que las salva de morir ahogadas. Se agarran entre ellas con sus mandíbulas y la mitad de la colonia se sumerge para mantener a flote al resto y respiran con las bolsas de aire que se quedan en la estructura. Se salvan si se amarran. Los vecinos del Gamonal han conseguido, de momento, paralizar las obras. Hormigas juntas. Respira, todavía podemos conseguir que los tomates vuelvan a tener sabor.

martes, 14 de enero de 2014

Enero mes del Máster


Este mes me toca impartir, que no partir, tres sesiones formativas en tres sitios diferentes pero relacionados. Los tres son máster universitarios que han tenido a bien pensar que puedo aportar algo al alumnado de sus cursos. Yo estoy agradecida y emocionada por este contar conmigo. Las citas y sesiones serán:

18 enero: Máster de Gestión de Políticas y Proyectos Culturales, Universidad de Zaragoza http://mastercultura.es/web/ Mi sesión versará sobre 'Principios de la comunicación del proyecto cultural'.

23 enero: Máster en Gestión cultural, Universidad Carlos III. http://www.mastergestioncultural.eu, ahí hablaremos sobre éxitos y fracasos de la comunicación cultural. Aquí han relacionado el listado completo de profesores en el que aparece mi jeta y el currículo:
http://www.mastergestioncultural.eu/profesores.php

30 enero: Máster de Gestión del Patrimonio, Universidad de Zaragoza, http://titulaciones.unizar.es/gest-patri-cultural/index.html. Estaré hablando de difusión cultural.

Pues eso, que este mes soy máster del universo. O algo.

Gracias a los equipos de cada uno de los másteres por la confianza.

martes, 7 de enero de 2014

Toda la culpa es de Fibonacci

Toda la culpa es de Fibonacci ( El Periódico de Aragón - 04/01/2014 )

Las luces, los muñecos que se cuelgan en los balcones como advertencia de nuestra posible desembocadura al suicidio, los villancicos que suenan en los hilos musicales de las tiendas en las que te venden paz y amor a retales cosidos por esclavos en talleres clandestinos. La prueba más irrefutable de que Dios no existe es que no lo puedes comprar en almacenes de todo a un euro. El color rojo incluso en la braga que hay que ponerse para que mi madre siga siendo mi madre. Ese color rojo en el que yo veo sólo sangre. Violencia, estos días son pura violencia. Es como no ducharse y ponerse colonia Brummel para evitar que asome el olor a mugre. Eso son estos días, mierda con lazo y aroma a consomé. Y debajo de todo este decorado violento seguimos teniendo los disgustos, que se nos van poniendo en fila porque el cuerpo ya se ha acostumbrado a ordenarse como en la cola del paro. Puede que la resignación empezara ahí, en respetar y no rebelarse con las señales de "espere aquí su turno". Como si los problemas tuvieran derecho de admisión. Como si para contarnos tuviéramos que pedir permiso o se pudiera militarizar el sufrimiento. Ordeno y mando y rellene el cuestionario. Usted está aquí. Mantenga vigiladas sus pertenencias y pase sus disputas por el escáner, es por su seguridad. Váyanse al carajo, en fila de todos a la vez. Y yo, en medio de toda esta violencia de musgo, purpurina y olor a castañas, me acordé de la sucesión de Fibonacci con garras de guerra. Definamos sucesión: prosecución, ordenación de elementos, descendencia, prole, conjunto ordenado de términos que cumplen una ley determinada. Aún hay más, es una sucesión infinita de números naturales. Lo natural. Por eso aquello de que las mujeres solteras y lesbianas se queden fuera de la reproducción asistida, "la falta de varón no es un problema médico". El problema es no procrear como Dios manda. En la sucesión de Fibonacci cada término es la suma de los dos anteriores, esta es la relación de recurrencia que la define. Que de la unión de dos salga un nuevo elemento. Que esos dos sean hombre y mujer, lo "natural". Capitalismo misicas que prohíbe el aborto para seguir teniendo soldados. Los nazis recomendaban a los "buenos alemanes" tener varios hijos para garantizar la supervivencia de la raza aria. Hoy, aquí, se prohíbe a las mujeres elegir no tener hijos y se alimenta perpetuar un único modelo de familia, la católica, para reproducir reclutas disciplinados que garanticen la continuidad del sistema. Hasta que no se inventen los úteros artificiales, las mujeres somos insustituibles para "fabricar" vida. Esto es lo que nos hace tan peligrosas y por eso tantos esfuerzos en controlar nuestros cuerpos. Dentro de poco sólo se autorizará a tener hijos a las mujeres que vayan a misa y cuenten con tarjeta de El Corte Inglés. A las que no comulguemos nada de abortar, nos quitarán a los nuestros para dárselos a los españoles de bien. Todo por la patria. Hacia Belén va una burra, rin, rin. Maldito Fibonacci