lunes, 8 de mayo de 2017

En tu culo explota

Artículo publicado en El Periódico de Aragón el 22/04/17.

Me sorprende cómo se utiliza el término libertad. Como si fuera un insulto con el que dar una bofetada al otro, una bomba fétida de la que huir y una habitación del pánico en la que encerrarte. La libertad se saca de los bolsillos como si fueran las monedas para el café, que golpean en la barra reclamando al camarero. Y valen para pagar un cortado o una cerveza, igual que la libertad se puede utilizar de una u otra manera. Incluso se está a favor y en contra de ella al mismo tiempo. Te escudas en la libertad y acudes, libre, a hacer trinchera a la entrada de una clínica en la que se practican abortos para impedir que haya mujeres que ejerzan la suya. Cenas libertad de expresión y vomitas tuits que te pueden llevar a la cárcel. Con los refugiados no se puede utilizar la libertad. Que no entren, no pueden pasar, no caben. Hacer boicot a una compañía y que te pillen tomando unos refrescos de esa marca. Tarjeta amarilla. A la próxima, expulsión. Ni siquiera podrás cantar el Libre de Nino Bravo. No se dice guardería. Los antitaurinos no se duchan es el argumento empleado por un torero para defenderse. La libertad también es una tapa y está en las vitrinas de los bares, al lado de una banderilla y de dos guardias civiles. Me comí una el otro día. Tu libertad acaba donde empieza la del otro. Te lo explican así y no te dicen que la frontera puede estar llena de vallas y pinchos. O que el espacio del otro es mucho más grande. O que su libertad es una mancha de aceite y se desparrama fuera de sus límites. O que se mueve. O que aparece y desaparece. Mentira.

Un hombre elige morirse y no existe la libertad para hacerlo. Tiene que estar preso de una decisión que no le dejan tomar. Hay libertad para que las procesiones ocupen las ciudades y el silencio. Nuestro descanso, las calles, nuestra vida cotidiana...Todo esto queda preso. Porque hay libertades que son como los matones del colegio, y no saben ser libres sin pasar como apisonadoras por las de los demás. En Málaga, una procesión hace una parada en un hospital y los pacientes de urgencias son trasladados a otros hospitales ante la imposibilidad de acceder al centro. Porque la libertad religiosa, católica, está muy por encima de la salud y de los servicios públicos. Libertad, pone en las pancartas de las familias que salen a manifestarse a favor de la enseñanza concertada. Hay menos niños y el gobierno plantea que se dejen de financiar aulas. El sistema de conciertos venía a ayudar a la enseñanza pública cuando esta no llegaba a atender toda la demanda de escolarización. Estos años se han cerrado unas treinta aulas en la pública sin tocar la concertada. Es como si se cerraran hospitales públicos para que el estado financie que unos pocos vayan a la sanidad privada. Se escupe libertad para mantener los privilegios, no para pelear por los derechos de todo el mundo. Si fuera así, se hubieran manifestado también cuando se cerraron aulas en los coles públicos. Parece que eso no molestó a su libertad. Rebota, rebota y en tu culo explota.

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